Qué hacer cuando no puedes tomar una decisión

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¿Con qué frecuencia has vacilado al tomar una decisión, sin saber cuál es la opción correcta? La vida nos pone en una encrucijada muchas veces y elegir un camino sobre el otro equilibrando cuidadosamente los pros y los contras de cada uno, escuchar esa sensación intuitiva y no dejar que los demás influyan en tus decisiones es muy importante, si quieres ser feliz en tu vida personal y profesional.

 

La toma de decisiones es una habilidad importante que todas las personas necesitamos desarrollar para avanzar en todos los ámbitos de la vida.

 

Pero, ¿por qué es tan difícil tomar decisiones?

 

En un día cualquiera, a menudo terminamos haciendo cientos de decisiones pequeñas y quizás insignificantes. Cuándo levantarse, hacer ejercicio o no, qué ponerse, qué comer, a dónde ir, cómo ir y mucho, mucho más. Estas decisiones se toman en una fracción de segundo y son fáciles de entender, pero porque realmente no afectan el resultado de nada en sí. Nuestra opción de desayuno, siempre que sea saludable y te llene lo suficiente, no altera el futuro de nosotros o el mundo.

 

Esto cambia cuando la decisión se complica por factores externos o internos. Lo que llevas puesto en la oficina en un día normal no es un gran problema, pero cuando asistes a una entrevista de trabajo o a una reunión muy importante, tu atuendo se convierte en un importante proceso de toma de decisiones. Si tienes dificultades para tomar decisiones y te angustias por sus elecciones en los próximos días, o si te preguntas constantemente si lo que hiciste fue correcto, debes detenerte.

 

Si bien nunca te aconsejaríamos que tomes decisiones en una fracción de segundo y simplemente te lances sin sopesar los pros y los contras, tienes que tomar una decisión rápida y concisa y recordar estos pensamientos:

 

  • Pensar más no siempre es pensar mejor.
  • Aprende a confiar en tu intuición y sentimientos.
  • Ponte un plazo para la toma de decisiones.
  • Acepta que no siempre puedes tenerlo todo; es posible que debas comprometerte un poco y entender que puedes perder algo en el proceso.
  • Finalmente, una decisión que tomaste finalmente resulta ser incorrecta: recuerda pone en tu camino lo que necesitas para tu evolución. Si no lograste aprovechar una oportunidad, quizás no era la indicada para ti en ese momento.

 

¿Cómo puedo mejorar mis habilidades para tomar decisiones?

 

Saber que tienes un problema con la toma de decisiones es un buen paso. Reconoce los signos: si titubeas antes de cualquier decisión medianamente importante (enviar un mail, asistir a una reunión, comprar algún regalo, etc.), puede ser momento de pulir tus habilidades para tomar decisiones, enderezar tu columna vertebral y confiar en lo que tu intestino te está diciendo.

 

1. La regla 10/10/10 para tomar decisiones difíciles pero necesarias

Suzy Welch es escritora comercial de varias publicaciones respetadas e inventó una herramienta simple que puede ayudarnos a decidir cómo avanzar en cualquier ámbito.

 

Consiste en que pensemos sobre la decisión que estamos a punto de tomar en tres marcos de tiempo diferentes: ¿cómo nos sentiremos al respecto dentro de 10 minutos? ? ¿Qué tal 10 meses a partir de ahora? ¿Qué tal dentro de 10 años?

 

Esta herramienta básicamente nos ayuda a ver las cosas desde una nueva perspectiva y nos aseguramos de que el arrepentimiento no forme parte de nuestra vida; si podemos prever que una decisión que tomemos ahora nos lamentará más tarde, significa que debemos tomar otro camino. que prevé un futuro más feliz.

 

2. Enfrenta tus miedos y luego sigue adelante 

 

La mayoría del tiempo, la toma de decisiones nos paraliza, por así decirlo, porque tememos el resultado. Tememos el resultado que traerá nuestra decisión y si básicamente estamos tan ansiosos por ello, analizándolo tanto, que terminamos congelados en la angustia.

 

La clave para salir de este congelamiento profundo es enfrentar y nombrar esos miedos. Escribe las peores cosas que podrían suceder con la decisión que está a punto de tomar. Por ejemplo, si tienes un gran problema con tu pareja y quieres decirle lo que te molesta, pero tienes miedo de que esto conduzca a una gran pelea o incluso una separación en el futuro.

El siguiente paso es ver: ¿puedes sobrellevar ese peor escenario? Si llega a una separación o incluso a un divorcio, si eres casada/o ¿puedes hacer frente a la soltería? Piénselo largamente y verás que aunque tus temores y el peor de los escenarios son difíciles, también podrían ser manejables.

 

Veámoslo aplicado al ámbito laboral. Si estás vacilando en cambiar de empleo, seguramente el peor escenario es estar desempleado ¿Tienes cómo mantenerte económicamente durante el tiempo que pases buscando un nuevo trabajo? ¿Cuentas con las habilidades necesarias para postular a ese nuevo trabajo que quieres? ¿Tienes claro siquiera cuál es el empleo que realmente quieres?

 

Si tus dudas todavía no están resueltas, o quieres asegurarte de encontrar el trabajo que te apasione para poder dejar tu empleo actual, te recomendamos conocer nuestro servicio de Mentoring Laboral, haciendo clic aquí.

 

  3. ¿Atascado? Escribe los pros y los contras  

La charlista TED, Ruth Chang ha ideado una forma sencilla de agilizar esas habilidades para la toma de decisiones. Ella dice que debes anotar los pros y los contras de la decisión que estás a punto de tomar, porque no hay elecciones correctas o incorrectas.

 

Como personas, somos dictados subliminalmente por nuestros deseos y necesidades, incluso si tratamos de suprimirlos. Esta solución es muy efectiva cuando tenemos dos opciones, y ambas parecen buenas. Atascado entre dos propuestas de matrimonio, dos trabajos o dos colegios para los niños.

 

Si enumeras los pros y los contras de tus dos opciones, verás que las ventajas de una de ellas son más largas que las otras; por lo general, tu deseo innato o tu instinto tomarán la decisión por ti. Ve con tu instinto y deja todo lo demás al cosmos.

 

  4.Ten cuidado tomar decisiones basadas en la creencia errónea de que eso te traerá felicidad. 

 

Los expertos dicen que terminamos tomando decisiones equivocadas simplemente porque terminamos confundiendo nuestros gustos, con nuestros deseos. Como seres humanos, estamos sujetos a nuestras emociones y sentimientos. Pero los sentimientos en realidad no nos dicen de dónde vienen, y dado que a menudo malinterpretamos su origen, al final terminamos sin saber lo que nos gusta de nuestra situación.

 

Además, es posible que deseemos algo y terminemos confundiendo ese anhelo con el gusto real. Entonces, podemos querer ser gerentes de una gran empresa, pero ¿realmente nos gusta eso? Quizás lo deseas porque crees que te hará feliz tener ese status, pero no es lo que realmente amas hacer.

 

Entonces, a veces, nuestras decisiones deberían basarse más en nuestros gustos que en nuestros deseos. Por ejemplo, es posible que deseemos hacer un viaje a un lugar exótico, una ciudad extravagante con gran atractivo turístico, pero sabemos que en realidad nos gusta estar en la hermosa soledad del bosque, en lugar del bullicio de una isla caribeña. La decisión debería ser ir a las colinas o al campo, porque eso es lo que nos gusta.

 

 5. Escapa de la paradoja de elección  

 

Hace muchos años, la toma de decisiones era más fácil de lo que es hoy ¿Por qué? Porque no involucró tantas opciones. Comprar una camisa fue fácil porque todo lo que tenía que hacer era elegir el tamaño y el color. Ahora, si vas a comprar una camisa, debes elegir el tipo, el corte de las mangas, los botones, la tela, el corte del cuello, el patrón de diseño, el color y la marca.

 

Tenemos tantas opciones hoy, que cada una de nuestras decisiones, ya sea buena o mala, viene con el sabor único del arrepentimiento, ya que terminamos pensando que tal vez A, B, C o X, Y, Z era una mejor opción que la D-I eligió. Y esto sucede en todas partes: en nuestro trabajo, en el sándwich que compramos, en el sabor de helado que finalmente elegimos o incluso en el auto o en las últimas tecnologías que tanto nos gustaban, pero ahora nos cuestionamos si realmente necesitábamos de ellas.

 

La solución es mantenerlo simple: elije 2-3 alternativas, haz la vista gorda a los demás y ve con tu instinto visceral. En cuanto al resto, deja que el mundo continúe vacilando: has tomado una decisión, sé feliz con eso. Siempre habrá gente que desestime tus decisiones. El punto es que, si eres feliz, ¿por qué deberías preocuparte?